La iconografía de la imagen en la expresión artística se perfila a través de un pasaje del Apocalipsis de San Juan que describe a una mujer " vestida de sol, con luna bajo sus pies y en la cabeza una corona de doce estrellas".
Desde el Renacimiento la iconografía se completó con una serie de atributos: sol, luna, estrella, puerta del cielo, lirio entre espinas, huerto cerrado, espejo sin mancha... símbolos todos ellos de su pureza virginal. Los astros simbolizan la plena sabiduría de María.
En su indumentaria vemos dos variantes claramente definidas según los artistas de cada época. Francisco Pacheco, Zurbarán o Rubens la representarán en la primera mitad del s. XVII vestida de color carmesí y manto azul. según el estilo de la Inmaculada Franciscana. Lo mismo hará Alonso Cano en la segunda mitad de ese siglo, aunque también la representará con saya color verde agua, como es el caso de la Inmaculada del Facistol.
Será ya en el siglo XVIII cuando se secunde el canon impuesto por Murillo y se vista de blanco y azul.
En la Purísima Concepción de Puente Genil vemos según su libro de historia de 1586-2011, obra del Cronista Oficial Antonio Illanes y del artista local Clemente Rivas, que a lo largo de los años ha poseído en su ajuar diferentes tonalidades en su vestimenta.
DESCRIPCIÓN
DE LA IMAGEN (Según el informe del restaurador José Manuel Cosano, 1997)
“La
imagen de la Purísima Concepción, Patrona de Puente Genil es una talla en
madera policromada de unos setenta y cinco centímetros de altura... los ojos
son de cristal y su cuerpo está vestido con una túnica tallada en madera y de
color rosa ceñida a la cintura y
decorada con una cenefa en cuello, mangas y parte inferior de la falda. El
cíngulo está decorado con líneas de distintos colores a la usanza hebrea…”
Tras su restauración se
descubrió todo lo original: “… En sus
vestimentas de talla
original tenemos una túnica en
tonos marfil, ceñida a la cintura y un
manto desde los hombros recogido en el brazo izquierdo en azul oscuro. El
cíngulo y las
vueltas de la saya son en color carmesí.”
Hacia la
segunda mitad del s. XVII se comenzaría a revestir con ricas telas…
En el inventario de su
cofradía del año 1734 vemos que la Purísima vestía ricas telas de diversos tonos,
suponemos que siguiendo los colores litúrgicos del año, pero principalmente de
color carmesí y azul:
-Un vestido de tela de oro azul con manto y casaca forrado con tafetán carmesí
y guarnición de puntas de hilo de plata fina.
-Otro vestido de
tela de oro color coral forrado en tafetán azul con guarnición de
galón de hilo de oro fino con casaca y
manteo…
En
los últimos años esta Cofradía ha resurgido y con buen criterio ha dotado a la
Stma. Virgen de un valioso ajuar;
restituyendo la indumentaria de principios de siglo. Sería conveniente que bajo
este estudio de su iconografía e historia, se restablezcan algunos accesorios y
atuendos antiguos. Para que se alternen con su variada ropa. Ello le devolverá
a su estilo original y categoría; mayor belleza si cabe, de la que ya posee
nuestra Patrona.
Cristian
Javier Redondo Chacón.
Bordador.
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